En los últimos días del receso invernal y, en tiempos de rigurosos exámenes para quienes cursan estudios universitarios, pudimos compartir unos profundos días de reflexión y encuentro personal con Dios, en las instalaciones del Oratorio Ceferino Namuncurá, Las Heras. Nos supimos bien acompañados por el Padre Juan Esteban Gaud, Director de nuestra Obra, quién predicó el mismo.Para quienes llevamos un tiempo en el Movimiento, fue muy agradable encontrar a nuevos animadores participando de estas instancias. Entre ellos algunos de los baqueanos del Batallón, para quienes seguramente fue una experiencia nueva, muy distinto a los que viven cada fin de semana, pero de donde pueden rescatar mucha riqueza en lo compartido con los demás jóvenes, como así también en ese encuentro personal y comunitario con el Dios de la Vida.
Quiero dejarles aquella resonancia que más me ayudó a rezar durante el retiro y en los días posteriores, “aprender a mirar la vida con esperanza, amor y optimismo, dejándonos ayudar por otros y así descubrir la riqueza que hay en cada uno para finalmente ponerlo todo al servicio de los más necesitados”.
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